
Falsos mitos sobre alimentación
La sociedad actual muestra un gran interés por la alimentación, pero este interés muchas veces se acompaña de una serie de recomendaciones dietéticas basadas en mitos y creencias irracionales en lugar de en el estudio científico de la nutrición. Estos mitos condicionan los hábitos nutricionales de muchas personas y pueden influir en su salud. Aunque muchas veces los mitos sobre la alimentación son el resto que queda de un pasado de ignorancia, en otras ocasiones se deben a creencias erróneas fomentadas por intereses comerciales y económicos que producen un estado de confusión en la población y la hacen incapaz de distinguir la realidad del mito.
Algunos ejemplos de los mitos relacionados con la alimentación son los siguientes:
- Saltarse comidas favorece el adelgazamiento: Es recomendable realizar 5 ingestas diarias para no llegar con excesiva hambre o ansiedad a la siguiente comida y evitar el consumo de grandes cantidades de alimentos que favorezcan el aumento de peso.
- Los alimentos light adelgazan: Los alimentos light son aquellos a los que se les ha eliminado alguno de sus componentes calóricos y tienen al menos un 30% menos de calorías que sus equivalentes no light. Esto no significa que no tengan calorías y que su consumo excesivo no produzca un aumento de peso a largo plazo.
- Los alimentos integrales adelgazan: Los alimentos integrales tienen aproximadamente las mismas calorías que los refinados. La diferencia entre unos y otros consiste en que los alimentos integrales tienen mayor contenido en fibra y por ello poseen un mayor efecto saciante, lo que evita comer mayor cantidad de otros alimentos.
- La fruta engorda si se toma como postre: El orden en el que se consumen los alimentos a lo largo del día no influye en su aporte energético, por lo que la fruta engorda igual si se toma antes o después del resto de la comida. Lo que ocurre es que, como la fruta tiene un alto contenido en fibra, si se toma al principio de la comida puede producir una sensación de saciedad que haga que se coma menos cantidad de otros alimentos.
- El agua engorda: El agua es un alimento que no tiene calorías y por lo tanto no engorda. También es falsa la creencia de engorde porque su consumo ayude a digerir los demás alimentos, ya que éstos se digieren y se absorben igual aunque no se consuma agua.
- Es necesario tomar suplementos vitamínicos para cubrir las necesidades: Si se toma una dieta variada y equilibrada se obtienen todas las vitaminas necesarias a partir de los alimentos. Tampoco es necesario consumir suplementos vitamínicos en casos de catarro, cansancio, etc. ya que si no existe una deficiencia, el consumo de una cantidad de vitaminas mayor a la necesaria no tiene ningún efecto positivo e incluso puede tener efectos negativos para la salud.
- Las vitaminas aumentan el apetito: Está comprobado que ninguna vitamina es capaz de aumentar el apetito.
- Cuando se come menos, el estómago reduce su tamaño: El tamaño de los órganos depende del código genético, por tanto, el estómago no crece o decrece en función de si en un momento dado se come más o menos.
- Si tienes alto el colesterol no puedes comer huevos: El consumo de huevos tiene un efecto limitado sobre el nivel de colesterol. La ingesta de colesterol dietético no debe superar los 300 mg/día para prevenir el aumento de la colesterolemia, pero esto no implica eliminar el consumo de huevos, sino limitarlo a tres por semana en caso de hipercolesterolemia.
- Los huevos morenos son mejores que los blancos: El color de la cáscara del huevo no afecta a su valor nutritivo y simplemente depende de la raza de gallina que lo pone.
- Las ostras aumentan el apetito sexual: No existe ningún estudio científico al respecto, pero en el caso de que se produzca un aumento del apetito sexual tras comer ostras lo más probable es que se trate solamente de un efecto placebo debido a la sugestión producida por la creencia popular de que son afrodisiacas.
- La leche es mala para niños mayores y adultos: La leche es un alimento muy completo rico en proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono, grasas, vitaminas y minerales, por lo que su consumo es muy recomendable en todas las edades (excepto en el caso de personas intolerantes a la lactosa que deberán sustituirla por derivados sin lactosa).
Bibliografía:
- Castillo Sánchez, M.D., León Espinosa de los Monteros, M.T. y Naranjo Rodríguez, J.A. 2001. Creencias erróneas sobre alimentación. Medicina General. 33:346-350.
- Falsos mitos sobre la alimentación. Confederación de consumidores y usuarios.
- Gil Hernández, A. 2004. Tratado de nutrición Tomo 3: Nutrición humana en el estado de salud.