
La alimentación en Bizancio
El Imperio bizantino o Imperio romano de oriente, que se extendió por Turquía, Grecia y los Balcanes, fue el continuador del Imperio romano clásico y le sobrevivió más de 1000 años hasta el año 1453 en el que sus últimos reductos fueron conquistados por el Imperio otomano.
La alimentación del Imperio bizantino estuvo fuertemente influida por los hábitos alimentarios del Imperio romano y de las culturas orientales con las que tuvo contacto. Existieron dos cocinas bizantinas bien diferenciadas: la de la corte y los grandes propietarios que era sofisticada y llena de ingredientes caros e importados como carnes, pescados, mariscos, especias, vinos, etc. y la del pueblo llano que estaba basada en alimentos mucho más baratos y locales como pan, verduras, despojos de animales, queso, legumbres, etc.
Los alimentos más consumidos por los bizantinos fueron:
- Cereales y derivados: El pan de harina de trigo era la base de la alimentación y se encontraba en todas las mesas bizantinas mientras que el de cebada y el de avena eran considerados de peor calidad. El arroz era raro y se tomaba cocido en leche con miel o azúcar.
- Frutas y verduras: Apreciaban mucho las ensaladas y consumían una gran variedad de verduras como la lechuga, la col, la zanahoria, las judías verdes, las acelgas, el espárrago, el puerro, la cebolla, las setas, la alcachofa, el pepino, el ajo o las aceitunas. También consumían gran variedad de frutas como uvas, manzanas, peras, melocotones, ciruelas, etc.
- Legumbres: Consumían habas, garbanzos, lentejas y guisantes sazonados con sal, aceite y comino o en forma de purés.
- Frutos secos: Los frutos secos como los piñones, las almendras o las avellanas eran muy consumidos y utilizados en la elaboración de dulces.
- Carnes: Consumían carne de cerdo, de buey, de búfalo, de cabra y de oveja (preferentemente de animales jóvenes como corderos, cabritos y gazapos) y vísceras como hígado, riñones, sesos corazón o pulmones. En cuanto a la caza, consumían venado, gacela, jabalí, asno salvaje, ciervo e incluso oso. De las aves, la carne más consumida era la de pollo, aunque también se tomaba pato, ganso, codorniz, paloma, perdiz o grulla.
- Pescados y mariscos: Los pescados más típicos eran los salmonetes, la lubina, el atún, la merluza, el rape, la raya, la caballa y el esturión, mientras que los mariscos que más tomaban eran, la langosta, los cangrejos, la sepia, los calamares, el pulpo, las ostras, los mejillones y las vieiras.
- Huevos: Consumían huevos de gallina, oca, pato y codorniz y también los utilizaban en la elaboración de productos de repostería.
- Lácteos: La leche y la mantequilla no eran alimentos muy apreciados, sin embargo, el queso y el yogur se tomaban en gran cantidad y se consumían para acompañar a las comidas.
- Condimentos: Los bizantinos utilizaban aceite de oliva, vinagre y sal para condimentar los platos (fundamentalmente las ensaladas). También utilizaban grandes cantidades de especias como la pimienta, el comino, el clavo, la nuez moscada, el cilantro, la mostaza o la canela.
- Dulces: Los dulces eran muy apreciados y su repostería era muy elaborada (aparecieron nuevos postres como el huevo hilado o el hojaldre). También se consumían muchos pasteles para cuya elaboración utilizaban azúcar, miel y frutos secos.
- Bebidas alcohólicas: El vino era la bebida más consumida y, además de los vinos del país, eran muy solicitados los de Chipre, Siria, Palestina y África del norte.
Hábitos alimentarios
Los bizantinos, a diferencia de los romanos, comían sentados y no tumbados y acostumbraban a hacer tres ingestas al día: el progeuma (desayuno matinal), el geuma (comida) y el deipnon (la cena).
Las comidas de los bizantinos de clase alta eran bastante ceremoniosas y refinadas para la época, ya que tenían costumbres como cubrir la mesa con un mantel, colocar servilletas y recipientes para lavarse las manos y utilizar cubiertos (por ejemplo inventaron el tenedor para llevarse cómodamente el alimento del plato a la boca sin usar los dedos).
Bibliografía:
- Flandrin, J.L. y Montanari, M. 2004. Historia de la alimentación
- Salas Salvadó, J., García Lorda, P. y Sánchez Ripollés, J. M. 2005. La alimentación y la nutrición a través de la historia.