Malnutrición

Malnutrición

04 Jan 2022 0 comentarios Dietista Madrid Categories Alimentación, Salud

La malnutrición se define como cualquier desviación patológica de una nutrición adecuada, y aunque engloba a cualquier alteración nutricional bien sea por exceso (sobrenutrición), por defecto (desnutrición) o por desequilibrio (disnutrición), en la práctica el término “malnutrición” se utiliza para designar a las alteraciones por defecto. La malnutrición energético proteica (MEP) es una enfermedad con una amplia gama de condiciones clínicas que van desde moderadas (se manifiestan principalmente por retraso en el crecimiento de los niños) a graves y con altas tasa de mortalidad como el kwashiorkor y el marasmo alimentario.

 Causas de la malnutrición energético proteica (MEP)

La malnutrición se puede producir tanto en niños como en adultos, aunque su prevalencia y gravedad es mucho mayor en la edad infantil, especialmente en los primeros años de vida, debido al rápido crecimiento y por lo tanto los elevados requerimientos nutricionales. Según sus causas la MEP se puede clasificar en:

  • MEP primaria, exógena o ambiental: En este caso la malnutrición se produce como consecuencia de la falta de alimentos en cantidad o calidad. Este tipo es el más frecuente en los países en desarrollo debido a la pobreza y a desastres naturales o políticos.
  • MEP secundaria o endógena: En este caso la malnutrición se produce como consecuencia de enfermedades que alteran los mecanismos implicados en el proceso de la nutrición como la absorción de los nutrientes o la utilización metabólica de los mismos. Este tipo es más frecuente en los países desarrollados y se produce por enfermedades como el cáncer, la colitis ulcerosa o diversos procesos infecciosos.

Formas clínicas de la malnutrición energético proteica grave (MEP)

La malnutrición grave se produce bajo dos formas clínicas bien diferenciadas, siendo también frecuentes las formas intermedias. Estas formas son:

Marasmo alimentario: se produce cuando existe un déficit nutricional que implica fundamentalmente un bajo suministro energético y hace que la persona se vaya consumiendo progresivamente. Aunque puede presentarse a cualquier edad, su frecuencia y gravedad son mayores en los niños menores de dos años. Los signos clínicos del marasmo alimentario son:

  • Delgadez extrema: Hay una gran pérdida en los depósitos de grasa subcutáneos y en la masa muscular. El peso suele ser menor al 60% del que se podría esperar en un niño de la misma edad.
  • Crecimiento deficiente: El niño crece menos de lo normal para su edad.
  • Piel y mucosas: La piel es seca, delgada, con poca elasticidad, con arrugas y con úlceras.
  • Pelo: El cabello es escaso, seco, quebradizo y de débil fijación.
  • Cara: Las alteraciones faciales debidas a las pérdidas de grasa y masa muscular les dan un aspecto envejecido con mandíbulas prominentes y ojos hundidos.
  • Otros signos: Suelen tener baja la tensión arterial y la frecuencia cardiaca, tendencia a la hipotermia, anemia, diarrea y tristeza.

Kwashiorkor: se produce cuando existe un déficit nutricional que implica fundamentalmente una carencia de proteínas. Se produce casi siempre en niños entre 12 y 18 meses de edad y produce los siguientes signos clínicos:

  • Edema: Es el signo más característico y es predominante en las extremidades, el abdomen y los párpados.
  • Crecimiento deficiente: El niño crece menos de lo normal para su edad.
  • Cara redonda o en luna llena: Se produce por el edema.
  • Piel y mucosas: Suelen aparecer grietas y ulceraciones cutáneas con frecuentes infecciones.
  • Pelo: Es seco y quebradizo, la pigmentación puede cambiar de negro a marrón o rojo.
  • Carácter: El niño es apático e irritable.
  • Otros signos: Suelen presentar falta de apetito, anemia y diarrea.

Kwashiorkor marasmático: Es una forma mixta de malnutrición grave en la que los niños presentan características clínicas tanto del marasmo alimentario como del kwashiorkor.

Tratamiento de la malnutrición

El tratamiento de la malnutrición depende de múltiples factores como la edad, la gravedad, la disponibilidad de medios, etc., pero en líneas generales se puede dividir en dos fases:

  • Fase de atención inmediata: El tratamiento se orienta a evitar o corregir la hipoglucemia, la hipotermia, la deshidratación y los desequilibrios electrolíticos que el paciente pueda tener.
  • Fase de estabilización y rehabilitación: Tras alcanzar los objetivos anteriores el tratamiento se orienta a corregir las carencias nutricionales comenzando con una alimentación gradual.

La rehidratación del paciente se debe realizar por vía oral o mediante una sonda nasogástrica (la vía intravenosa tiene muchos riesgos) en volúmenes progresivamente mayores. La alimentación también se debe iniciar (por vía oral o por sonda) de forma gradual para evitar el síndrome de realimentación, que consiste en una serie de alteraciones electrolíticas y metabólicas que acontecen en enfermos muy desnutridos durante una realimentación demasiado rápida.

Para la recuperación nutricional de pacientes hospitalizados con MEP secundaria a enfermedades, generalmente son necesarias fórmulas de nutrición alternativa a la vía oral que reciben el nombre de nutrición artificial. Existen dos modalidades de nutrición artificial, la nutrición enteral (mediante sondas) que es de elección siempre que la vía digestiva pueda ser utilizada y la nutrición parenteral (aportando los nutrientes al paciente por vía intravenosa).

Bibliografía:

  • Gil Hernández, A. 2004. Tratado de nutrición Tomo 4: Nutrición clínica.
  • Latham, M.C. 2002. Malnutrición humana en el mundo en desarrollo. Colección FAO: Alimentación y nutrición Nº 29.
  • Mataix Verdú, J. 2015. Nutrición y alimentación humana: II. Situaciones fisiológicas y patológicas.