
Nutrición e hiperuricemia
La hiperuricemia se produce cuando los niveles séricos de ácido úrico son superiores a 7 mg/dl en varones y mujeres postmenopáusicas, a 6 mg/dl en mujeres premenopáusicas y a 4 mg/dl en niños. Los niveles séricos de ácido úrico dependen del balance entre sus tasas de producción y de eliminación, por lo que una disminución de la eliminación o un aumento en su producción pueden causar hiperuricemia.
El ácido úrico es el producto final de la degradación de las purinas que forman parte de los ácidos nucleicos de las células. Aproximadamente, dos tercios de las purinas son generadas a partir de la degradación celular y el tercio restante deriva de la dieta. En cuanto a la eliminación, el 70 % del ácido úrico producido es excretado por el riñón, mientras que el resto se elimina en el tracto biliar.
Aunque la dieta sólo representa un tercio de la carga diaria de purinas y la mayoría de hiperuricemias son debidas a un defecto en la excreción renal de ácido úrico (aproximadamente el 90%), algunos alimentos favorecen la hiperuricemia aportando purinas, favoreciendo su síntesis endógena o alterando la excreción renal de ácido úrico.
Las principales complicaciones de la hiperuricemia son el desarrollo de artritis gotosa aguda (gota), de nefrolitiasis por urato (cálculos renales de ácido úrico) y de nefropatía aguda por ácido úrico.
Factores dietéticos relacionados con la hiperuricemia
- Alimentos ricos en purinas: Entre los alimentos ricos en purinas se encuentran las carnes (incluyendo vísceras y extractos cárnicos), los pescados, los mariscos, las legumbres y algunas verduras como las espinacas, los espárragos y las setas. Grandes consumos de carne de vacuno, cerdo y cordero (no así las aves de corral), de pescados y de mariscos se asocian con niveles más altos de ácido úrico y con un mayor riesgo de gota. Aunque las legumbres y algunas verduras como las espinacas también son ricas en purinas, el consumo de estos alimentos no aumenta el riesgo de hiperuricemia ni de gota por el diferente tipo de purinas y la diferente biodisponibilidad para la transformación de purinas en ácido úrico.
- Alcohol: Diversos estudios han demostrado que el consumo de alcohol se asocia con niveles más altos de ácido úrico y con un mayor riesgo de gota (el riesgo de desarrollar gota es 2,5 veces mayor en los hombres que consumen 50 gramos o más de alcohol al día que en los que no beben alcohol). La magnitud de la asociación aumenta con el incremento en la ingesta de alcohol y varía según el tipo de bebida alcohólica, atribuyéndose a la cerveza el riesgo más alto.
- Bebidas azucaradas: El consumo de refrescos conlleva una mayor incidencia de hiperuricemia y de gota (el riesgo de sufrir gota se multiplica por seis entre las personas que consumen cuatro bebidas azucaradas cada día frente a los no consumidores), por el contrario, el consumo de refrescos bajos en calorías no se asocia con un aumento del riesgo de gota.
- Lácteos desnatados: El consumo de lácteos desnatados (leche, yogur, etc.) disminuye los niveles de ácido úrico y el riesgo de padecer gota.
- Verduras: El consumo de verduras y de alimentos ricos en fibra disminuye los niveles séricos de ácido úrico y el riesgo de padecer gota o cálculos renales de ácido úrico.
Abordaje dietético en personas con hiperuricemia
- Dietas bajas en purinas: Las dietas estrictas bajas en purinas logran reducir los niveles séricos de ácido úrico en una media de 1-2mg/dl. Sin embargo, estas dietas muy bajas en purinas no se consideran recomendables porque como se ha indicado las verduras y legumbres con altos contenidos en purinas no se relacionan con el desarrollo de hiperuricemia y gota y además conllevan un aumento de la ingesta de hidratos de carbono y grasas, que podrían empeorar la evolución de otras enfermedades relacionadas con la hiperuricemia y la gota como las enfermedades cardiovasculares.
- Dietas de adelgazamiento: Las personas con sobrepeso y obesidad tienen una mayor probabilidad de tener hiperuricemia y gota que aquellos con un peso normal (el 60% de los pacientes con gota padecen obesidad) y se ha demostrado la relación entre la pérdida de peso y la consecución de unos niveles adecuados de ácido úrico.
- Dieta mediterránea: La dieta mediterránea se asocia a unos niveles más bajos de ácido úrico y a una menor probabilidad de hiperuricemia. Igualmente, esta dieta ha demostrado su eficacia en la reducción de peso.
- Atracones y banquetes: Los abusos puntuales en la comida y en la bebida (especialmente de bebidas alcohólicas) como consecuencia de atracones y banquetes pueden desencadenar ataques de gota como consecuencia de un rápido incremento de los niveles de ácido úrico en sangre.
Recomendaciones dietéticas para personas con hiperuricemia y gota
Las principales recomendaciones dietéticas que deben seguir las personas con hiperuricemia y gota son las siguientes:
- Bajar de peso si existe sobrepeso u obesidad.
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas (especialmente de bebidas destiladas y cerveza).
- Evitar el consumo de refrescos y bebidas azucaradas.
- Reducir la ingesta de carnes rojas.
- Moderar el consumo de pescado y mariscos.
- Aumentar la ingesta de leche desnatada y otros lácteos desnatados.
- Aumentar el consumo de verduras, cereales integrales, legumbres y frutas.
- Evitar los banquetes y atracones.
- Mantenerse bien hidratado para evitar la aparición de cálculos renales de ácido úrico (tomar al menos 2 litros/día de agua).
Bibliografía:
- Álvarez Lario, B. y Alonso Valdivielso, J.L. 2014. Hiperuricemia y gota: el papel de la dieta. Nutrición Hospitalaria. 29 (4):760-770.
- Gil Hernández, A. 2004. Tratado de nutrición Tomo 4: Nutrición clínica.
- Gonzalez Corbell, M.J. 2005. La alimentación del paciente hiperuricémico. 24 (9):110-112.