
Nutrición y cancer (Parte 2)
Complicaciones del cáncer o de su tratamiento que deben ser tratadas con modificaciones en la dieta
Las principales complicaciones del cáncer o de su tratamiento (quirúrgico, quimioterápico o radioterápico) que se pueden tratar mediante modificaciones en la dieta son las siguientes:
Anorexia tumoral y saciedad precoz: La anorexia es un síntoma frecuente en los pacientes con cáncer y se produce como consecuencia del tratamiento (cirugía, radioterapia o quimioterapia), como consecuencia de las complicaciones como infecciones o depresión o, en la mayoría de los casos, debido a mecanismos mediados por el propio tumor. Las principales recomendaciones dietéticas para los pacientes con falta de apetito son estimular la alimentación mejorando la preparación culinaria y la presentación de los platos o variando con frecuencia los alimentos y la forma de preparación, realizar varias comidas al día (conviene hacer 6-7 tomas diarias) en pequeñas cantidades, administrar los líquidos fuera de las comidas para evitar la saciedad y consumir preferentemente alimentos con alto valor nutricional como batidos caseros elaborados con leche, nata, cacao, frutos secos, legumbres, patatas, pastas, aceite de oliva, flanes, helados y natillas.
Ageusia, hipogeusia y disgeusia: Muchos pacientes con cáncer tienen alteraciones de los sentidos del gusto y del olfato que condicionan pérdida de apetito y la aversión a algunas comidas (a veces se produce como efecto secundario de la quimioterapia y puede provocar sabor ácido o metálico en la boca). En los casos de ageusia o hipogeusia, se produce una pérdida o una disminución de la percepción de los sabores de los alimentos y puede ser útil utilizar sustancias que aumenten el sabor como la sal, glutamato monosódico, especias (pimienta, clavo, nuez moscada, canela, comino, cilantro, azafrán, curry, etc.) o hierbas aromáticas (hierbabuena, albahaca, eneldo, orégano, tomillo y romero), así como recurrir a técnicas culinarias y recetas que concentren el sabor de los alimentos como el asado o la fritura en lugar del cocido. En el caso de la disgeusia se produce una alteración del gusto y el olfato y es conveniente probar diversos alimentos son sabores dulces, salados, amargos y ácidos para identificar los sabores que producen mayor aversión y los alimentos mejor tolerados, evitar las carnes rojas y los alimentos con sabores muy intensos y utilizar especias y salsas para modificar los sabores.
Nauseas y vómitos: El tratamiento con quimioterapia puede producir nauseas y vómitos en las horas posteriores a su administración. Las principales recomendaciones dietéticas para los pacientes con estos síntomas son beber frecuentemente para mantener el estado de hidratación, comer frecuentemente y en pequeñas cantidades para tolerar mejor las comidas, consumir más alimentos fríos que calientes ya que se toleran mejor, evitar los alimentos con exceso de grasa o especias, los alimentos con mucha fibra y el alcohol y realizar las comidas sentado o incorporado.
Diarrea: La diarrea es una complicación frecuente de la quimioterapia cuyo tratamiento debe consistir en la ingestión de líquidos abundantes, especialmente limonada alcalina o suero oral. Se deben evitar los alimentos ricos en fibra insoluble (legumbres enteras, cereales o pan integral, frutas con piel) y se tolera mejor una dieta astringente a base de arroz, puré de patata, papillas de arroz y manzana, huevo cocido, pescado hervido, pollo cocido o jamón york.
Mucositis: La mucositis es una complicación frecuente de la radioterapia de los tumores de cabeza y cuello y de algunos fármacos quimioterápicos que se caracteriza por una inflamación dolorosa de la mucosa del tracto gastrointestinal. El tratamiento dietético de esta complicación consiste en la eliminación de los alimentos que puedan producir la irritación química (alimentos ácidos, amargos, picantes, muy salados o muy dulces), mecánica (alimentos como la galletas o los frutos secos con pequeñas partículas difíciles de eliminar de la boca) o térmica (alimentos muy fríos o muy calientes) de la mucosa bucal.
Xerostomía: La xerostomía es una complicación de la radioterapia que se caracteriza por una disminución de la producción de saliva, que se hace escasa, viscosa e ineficaz para la lubricación de los alimentos durante la masticación. Por ello es necesario recurrir a preparaciones culinarias de consistencias blandas y jugosas, así como evitar los alimentos secos y que se disgregan en partículas al masticarlos, como galletas, patatas fritas o frutos secos. Es importante lubricar los alimentos más secos con zumos, caldos, salsas o leche y utilizar alimentos preparados en forma de purés, cremas, sorbetes, helados, natillas, yogur, etc. Entre las comidas es aconsejable masticar chicles, aumentar el consumo de líquidos y enjuagarse la boca con frecuencia.
Disfagia: La disfagia es una complicación que produce una mayor dificultas para tragar los alimentos y que es habitual en pacientes con tumores de cabeza y cuello. Con frecuencia estos pacientes presentan mayor grado de disfagia a los alimentos líquidos que a los alimentos sólidos y, por ello se deben ingerir los líquidos separados de los alimentos y previamente espesados con gelatina o espesantes comerciales. Otras recomendaciones dietéticas son triturar los alimentos y aumentarse la consistencia de los mismos para impedir su disgregación en pequeñas porciones, tomar bocados pequeños que no llenen mucho la boca y consumir los alimentos en forma de purés espesos, suaves y con una textura homogénea semisólida.
Síndrome de Dumping: El síndrome de dumping es una complicación frecuente en los pacientes con cáncer gástrico que hayan sufrido una gastrectomía (operación en la que se extirpa de forma total o parcial el estómago). Al perder el estómago, éste ya no puede actuar como reservorio y controlador del paso de los alimentos al intestino y éstos pasan de forma rápida y descontrolada al intestino provocando sensación de mareo, sudoración, palpitaciones, ruidos intestinales y dolor cólico. Las principales recomendaciones dietéticas para estos pacientes son realizar comidas pequeñas y frecuentes, no tomar líquidos con las comidas sino entres 30 y 60 minutos después, limitar los azúcares y las grasas aumentando el consumo de proteínas e hidratos de carbono complejos y evitar las temperaturas extremas en todas las comidas y bebidas.
Bibliografía:
- García-Luna, P.P., Parejo Campos, J., Aliaga Verdugo, A., Pachón Ibáñez, J., Serrano Aguayo, P. y Pereira Cunill, J.L. 2012. Nutrición y cáncer. Nutrición Hospitalaria Suplementos. 5 (1):17-32.
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