Nutrición y enfermedad inflamatoria intestinal

Nutrición y enfermedad inflamatoria intestinal

10 Feb 2022 0 comentarios Dietista Madrid Categories Alimentación, Salud

Enfermedad inflamatoria intestinal es un término que engloba a un grupo de enfermedades que tienen en común una inflamación intestinal idiopática, crónica y con ataques agudos y periodos de remisión de duración y frecuencia variable. Entre estas enfermedades las más importantes son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Enfermedad de Crohn

Aunque esta enfermedad puede afectar a todo el tracto digestivo, afecta fundamentalmente al intestino delgado (fundamentalmente en la zona del íleon) y al colon, y consiste en un proceso inflamatorio crónico que provoca lesiones segmentarias con zonas sanas rodeadas de tejido enfermo. Los principales síntomas de la enfermedad de Crohn son diarrea crónica, dolor abdominal previo a la defecación, fiebre, nauseas, vómitos, pérdida de peso y en la infancia y la adolescencia retraso en el crecimiento y en la maduración sexual. Además, se pueden presentar complicaciones como el desarrollo de abscesos o fístulas, perforación intestinal, peritonitis, malabsorción o cáncer intestinal (el riesgo aumenta entre 4 y 20 veces respecto a la población general).

Colitis ulcerosa

Esta enfermedad consiste en un proceso inflamatorio crónico que se caracteriza por provocar úlceras en el colon y por la eliminación de moco sanguinolento y purulento. Los principales síntomas de esta enfermedad son  diarrea mucosanguinolenta, tenesmo (urgencia para defecar con la sensación de que la evacuación ha sido incompleta), dolor abdominal, nauseas, vómitos, fiebre y en la infancia y la adolescencia retraso en el crecimiento y en la maduración sexual. Además, la enfermedad puede asociarse a complicaciones como hemorragia masiva, megacolon tóxico, perforación del colon, obstrucción intestinal, fístulas anales o cáncer de colon.

Deficiencias nutricionales

La alteración digestiva que provoca la enfermedad inflamatoria intestinal influye en la digestión de los alimentos y en la absorción de los nutrientes y puede provocar deficiencias nutricionales cuya gravedad dependerá de la localización, la naturaleza, la extensión y la severidad de la inflamación intestinal. Las deficiencias nutricionales que se producen con mayor frecuencia son:

  • Desnutrición proteico-energética: Se caracteriza por una disminución del peso, de la masa muscular y de la grasa corporal y por el retraso del crecimiento en los niños. Se suele producir por una disminución de la ingesta inducida por los síntomas de la enfermedad (dolor abdominal, nauseas, anorexia, etc.).
  • Deficiencia de minerales y elementos traza: Pueden producirse deficiencias de zinc, magnesio, calcio, sodio, hierro, potasio y selenio debido a la malabsorción de los mismos, a la aparición de diarreas o al efecto de algunos fármacos.
  • Deficiencia de vitaminas: Las deficiencias más habituales son las de vitamina B9 (ácido fólico) por la interacción con algún fármaco y la de B12 (cobalamina) por afectación del íleon. Las deficiencias de vitaminas A, C, D, E, tiamina, riboflavina y biotina son más raras.

Tratamiento nutricional

Aunque el tratamiento de esta enfermedad puede ser nutricional, farmacológico, quirúrgico o una combinación de los mismos, en este artículo nos centraremos en el tratamiento nutricional. La terapia nutricional es útil tanto para la prevención y corrección de las deficiencias nutricionales como para el control de los síntomas.

Los pacientes con casos leves de colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn pueden tomar una dieta completa y sin restricciones de acuerdo con su edad, sin embargo, los pacientes con ataques agudos de colitis ulcerosa y aquellos con enfermedad de Crohn extensa o complicada deben utilizar la nutrición enteral o parenteral como tratamiento complementario para prevenir o corregir la desnutrición proteico-energética (se utiliza preferentemente la nutrición enteral, reservando la nutrición parenteral para los casos en que la afectación digestiva sea tan grave que no admita la alimentación enteral). Cuando la persona entra en el periodo de remisión tras un ataque agudo y no presenta síntomas, se recomienda la ingesta de alimentos normales que se introducen gradualmente, pudiendo utilizar la nutrición enteral como suplemento si existen déficits nutricionales. Una vez en situación estable, la dieta será normal excepto en algunos casos de la enfermedad de Crohn (formas estenosantes) en los que la fibra no se acepta y por lo tanto hay que eliminar el aporte de fibra evitando el consumo de frutas (se permiten los zumos), verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos.

Bibliografía:

  • Mataix Verdú, J. 2015. Nutrición y alimentación humana: II. Situaciones fisiológicas y patológicas.
  • Gil Hernández, A. 2004. Tratado de nutrición Tomo 4: Nutrición clínica.
  • Pérez Tárrago, C, Puebla Maestu, A y Miján de la Torre, A. 2008. Tratamiento nutricional en la enfermedad inflamatoria intestinal. Nutrición hospitalaria. 23 (5):417-427.